En esta semana se realiza la conmemoración anual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús mediante una actividad litúrgica intensa.
Dependiendo de la situación geográfica se vive de una manera u otra, con más o menos intensidad.
A lo largo de todo el año miles de personas se preparan para la llegada de esta semana, para ello, se preparan túnicas nuevas para los cristos o vírgenes,se intenta superar los detalles de un año a otro, las bandas preparan sus marchas...
Cuando se acercan las fechas se ultiman los detalles tanto de los pasos que van a pasear por las calles como de los atuendos que las personas van a vestir para que en el momento de su salida las distintas hermandades paseen con la mayor seriedad y devoción, también aumentan los actos religiosos y los distintos conciertos de las bandas, muchos de estos conciertos son benéficos.
La Semana Santa castellano-leonesa es sinónimo de pasión, fervor y sobre todo de silencio, este silencio que caracteriza a las procesiones se ve interrumpido por el tronar de cornetas, trompetas y tambores que acompañan a cada cofradía.
Cada vez es más importante y destacable la Semana Santa en Castilla y León, cabe destacar: Valladolid, Zamora o Salamanca.
En Salamanca encontramos importante tallas que representan la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, las cuales podemos disfrutar durante no solo en esta Semana colocadas bajo sus palios y sobre sus carrozas también de gran importancia y de un gran arte sino también en la catedral o en las distintas iglesias de la ciudad.
Seamos o no cristianos, creamos o no creamos, compartamos o no esta forma de llevar la vida de Cristo por las calles para darlas a conocer al resto del mundo debemos debemos de reconocer que son verdaderas obras de arte.
Ahora os dejo con una de las imágenes que más me gustan desde pequeña, tal vez por sentimiento transmitido de anteriores generaciones. La Piedad de Luis Salvador Carmona
Y otra de las imágenes que se presentaron hace dos años y que más me impactó, tal vez por su realeza es la de Jesús Despojado de su Vestiduras de Francisco Romero Zafra. La imagen es de tamaño natural. El cuero está inclinado levemente hacia delante con los brazos abiertos como aceptando lo ocurrido ya que es la última deshonra antes de su Crucifixión. Su rostro trasmite dulzura a través de sus ojos al igual que el evidente dolor que sufre.
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