Todo tiene un antes y un
después, un principio y un final...Sabemos cuando empieza el momento pero no
cuando termina. Somos lo que soñamos ser y ese
sueño no es tanto una meta como una energía. Cada día es una crisálida, cada
día alumbra una metamorfosis. Caemos, nos levantamos. Cada día la vida empieza
de nuevo.
La vida es un acto de resistencia y de re existencia; vivimos, revivimos.
Pero todo se sostiene en la memoria. Somos lo que recordamos, la memoria es
nuestro hogar nómada.
Como las plantas o las aves emigrantes, los recuerdos tienen la estrategia de la luz. Van hacia adelante, a la manera del remero que se desplaza de espaldas para ver mejor.
Hay un dolor parecido al dolor de muelas, a la pérdida física, y es perder algún recuerdo que queremos. Esas fotos imprescindibles en el álbum de la vida.
Por eso, hay una clase de melancolía que no atrapa, sino que nutre la libertad. En esa melancolía como espuma en las olas, se alzan los sueños.
Como las plantas o las aves emigrantes, los recuerdos tienen la estrategia de la luz. Van hacia adelante, a la manera del remero que se desplaza de espaldas para ver mejor.
Hay un dolor parecido al dolor de muelas, a la pérdida física, y es perder algún recuerdo que queremos. Esas fotos imprescindibles en el álbum de la vida.
Por eso, hay una clase de melancolía que no atrapa, sino que nutre la libertad. En esa melancolía como espuma en las olas, se alzan los sueños.
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